Una mujer que tenga también órganos sexuales masculinos, lo mismo que un hombre que tenga también atributos sexuales femeninos, es considerada hermafrodita, por el dios griego Hermafrodito, hijo de Hermes y Afrodita, que nació varón y los dioses transformaron en hermafrodita ante la petición de la ninfa Salmacis, en cuya laguna se bañó, abrazándose a él en contra de su voluntad y fusionándose en un solo dios. El hermafroditismo es un fenómeno relativamente frecuente en plantas y algunos animales. No así en los seres humanos pues, aunque estos tengan aparentemente los dos sexos, sólo uno es funcional, siendo sus células reproductoras o bien espermatozoides o bien óvulos, pero no ambas cosas a la vez.